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Practicando la psicomotricidad en nuestras clases de inglés para bebés

En Helen Doron English siempre decimos que no somos una escuela de inglés, sino que utilizamos ese idioma como vehículo para de educación. En nuestros cursos para las edades más pequeñas, que hacemos con niños desde los tres meses hasta los tres años, esta característica de educación integral está todavía más presente.

Hablamos en otro artículo de este blog sobre de cómo nuestras clases de inglés para bebés refuerzan y trabajan el apego con los padres. Esto no es un «efecto colateral» de nuestra metodología, sino parte integrante de la pedagogía que utilizamos. De hecho, estas clases trabajan muchos aspectos del desarrollo infantil, entre los que destaca la psicomotricidad.

Cuando se habla de psicomotricidad, solemos pensar únicamente en el aspecto motriz del término. Es decir, aquellas habilidades que tienen que ver con el desarrollo motor del cuerpo del bebé, tanto en su nivel grueso (correr, andar, gatear, saltar, bailar…) como fino (colorear, recortar, recoger piezas y ordenarlas, lanzar objetos con precisión…). Está claro que nuestras clases de bebé ayudan a desarrollar todas estas características. Todos nuestros cursos tienen una gran cantidad de canciones, que cantamos y bailamos juntos en clase, realizando gestos con el cuerpo (en especial con las manos, brazos y piernas) para ayudar a la comprensión y la memorización de los conceptos que se expresan en ellas.

Además, la psicomotricidad motora fina está presente en ejercicios como recoger apilar piezas (por ejemplo, mientras enseñamos a contar), usar cucharas y tenedores de plástico (para enseñar el vocabulario específico de la comida), probar a ordenar objetos con palillos chinos o coger y pegar pegatinas en el libro de actividades.

Sin embargo, la psicomotricidad tiene otras muchas facetas. Una que resulta de vital importancia en cualquier fase del desarrollo cerebral es la lateralidad. Este concepto tiene que ver con el lado dominante del cuerpo (por ejemplo, la mano que usamos para comer o para escribir), que supone que el hemisferio cerebral opuesto domina sobre el contrario. En todos nuestros cursos, desde bebés hasta adolescentes, realizamos actividades específicas que refuerzan el desarrollo compensado de ambos hemisferios.

Sin forzar la lateralidad natural del bebé (todavía en desarrollo), les invitamos a usar ambas manos y todos los dedos de las manos y los pies, como por ejemplo en la canción de nuestro curso de Toddler’s en el que repasamos, por supuesto en inglés, de los cinco dedos. También se les introduce, si son lo suficientemente maduros para ello, ejercicios de Brain Jogging, en los que hacemos movimientos que combinan ambos lados del cuerpo a la vez que decimos palabras y frases.

Igualmente, enseñar de forma repetida las partes del cuerpo a través de divertidos ejercicios y actividades, canciones y bailes, hace que los bebés adquieran una mayor consciencia de sus propios cuerpos y de cada una de las partes que lo componen.

Equilibrios, reflejos, coordinación ojo-mano, capacidad de desplazamiento en el espacio del aula, motricidad audiomotora… son muchos más los aspectos de los que podríamos hablar en este artículo. Sin embargo, pensamos que lo mejor de todo es que los pruebes en persona.

¡Busca tu centro más cercano y pídenos una clase de prueba gratuita!

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Practicando la psicomotricidad en nuestras clases de inglés para bebés

En Helen Doron English siempre decimos que no somos una escuela de inglés, sino que utilizamos ese idioma como vehículo para de educación. En nuestros cursos para las edades más pequeñas, que hacemos con niños desde los tres meses hasta los tres años, esta característica de educación integral está todavía más presente.

Hablamos en otro artículo de este blog sobre de cómo nuestras clases de inglés para bebés refuerzan y trabajan el apego con los padres. Esto no es un «efecto colateral» de nuestra metodología, sino parte integrante de la pedagogía que utilizamos. De hecho, estas clases trabajan muchos aspectos del desarrollo infantil, entre los que destaca la psicomotricidad.

Cuando se habla de psicomotricidad, solemos pensar únicamente en el aspecto motriz del término. Es decir, aquellas habilidades que tienen que ver con el desarrollo motor del cuerpo del bebé, tanto en su nivel grueso (correr, andar, gatear, saltar, bailar…) como fino (colorear, recortar, recoger piezas y ordenarlas, lanzar objetos con precisión…). Está claro que nuestras clases de bebé ayudan a desarrollar todas estas características. Todos nuestros cursos tienen una gran cantidad de canciones, que cantamos y bailamos juntos en clase, realizando gestos con el cuerpo (en especial con las manos, brazos y piernas) para ayudar a la comprensión y la memorización de los conceptos que se expresan en ellas.

Además, la psicomotricidad motora fina está presente en ejercicios como recoger apilar piezas (por ejemplo, mientras enseñamos a contar), usar cucharas y tenedores de plástico (para enseñar el vocabulario específico de la comida), probar a ordenar objetos con palillos chinos o coger y pegar pegatinas en el libro de actividades.

Sin embargo, la psicomotricidad tiene otras muchas facetas. Una que resulta de vital importancia en cualquier fase del desarrollo cerebral es la lateralidad. Este concepto tiene que ver con el lado dominante del cuerpo (por ejemplo, la mano que usamos para comer o para escribir), que supone que el hemisferio cerebral opuesto domina sobre el contrario. En todos nuestros cursos, desde bebés hasta adolescentes, realizamos actividades específicas que refuerzan el desarrollo compensado de ambos hemisferios.

Sin forzar la lateralidad natural del bebé (todavía en desarrollo), les invitamos a usar ambas manos y todos los dedos de las manos y los pies, como por ejemplo en la canción de nuestro curso de Toddler’s en el que repasamos, por supuesto en inglés, de los cinco dedos. También se les introduce, si son lo suficientemente maduros para ello, ejercicios de Brain Jogging, en los que hacemos movimientos que combinan ambos lados del cuerpo a la vez que decimos palabras y frases.

Igualmente, enseñar de forma repetida las partes del cuerpo a través de divertidos ejercicios y actividades, canciones y bailes, hace que los bebés adquieran una mayor consciencia de sus propios cuerpos y de cada una de las partes que lo componen.

Equilibrios, reflejos, coordinación ojo-mano, capacidad de desplazamiento en el espacio del aula, motricidad audiomotora… son muchos más los aspectos de los que podríamos hablar en este artículo. Sin embargo, pensamos que lo mejor de todo es que los pruebes en persona.

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