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Let’s Play: Actividades de jardinería para niños para aprender acerca de la naturaleza

Nos gusta decir que Helen Doron English es mucho más que una escuela en inglés. Nuestro objetivo, además de enseñar el idioma más importante de comunicación en este mundo global, es contribuir a la formación y educación de nuestros hijos. En todos nuestros cursos prestamos una especial atención al cuidado y respeto del medio ambiente, y en este artículo queremos mostraros una forma muy divertida de acercarnos a la naturaleza. Las actividades de jardinería para niños son la mejor forma de hacerlos sentir partícipes de la importancia del cuidado de las plantas, además de darnos la oportunidad de crear lugares preciosos que podremos contemplar durante mucho tiempo. Porque si algo tienen de especial las plantas es que nos acompañan toda la vida.

1. Plantar semillas de aguacate
Una de las actividades que todos hemos hecho alguna vez es plantar nuestras propias semillas y ver cómo van creciendo. Lo más habitual es hacerlo con una judía, lenteja o guisante fresco, puesto que las legumbres crecen con mucha facilidad en un simple bote con agua. Lo que os proponemos es hacer algo similar con pero con otro tipo de plantas.

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Fuente: Pequeocio.

Una de las semillas más grandes que nos da la naturaleza es la del aguacate. Se trata de una planta tropical que se ha adaptado a ciertos microclimas presentes en algunas regiones de Europa. Es bastante difícil que un aguacate plantado en nuestro jardín o terraza llegue a dar frutos, pero podemos conseguir un bonito árbol que, con atención y cuidado, crecerá a la vez que lo hacen nuestros hijos. El procedimiento debe ser el siguiente:

  • Lo primero que tenemos que hacer es coger la semilla, lavarla y dejarla secar un día entero.
  • Una vez transcurrido ese tiempo, la pelamos parcialmente y colocamos unos palitos hacia la mitad para que se sostenga cuando la coloquemos en un bote de cristal, que previamente habremos llenado con agua.
  • Colocamos la parte plana hacia abajo y la punta hacia arriba, de forma que una buena porción de la semilla quede sumergida en el agua. Debemos situar el bote en un lugar oscuro durante unos cuantos días.
  • Al cabo de ese tiempo veremos que habrá salido una raíz y un tallo. Un truco es cortar la mitad de este último cuando haya crecido unos 20 cm, y después volverlo a colocar en la oscuridad.
  • Cuando haya crecido de nuevo 2o cm es el momento de transplantarlo a la tierra, con mucho cuidado de no estropear la raíz.
  • Os dejamos además un enlace sobre cómo cuidar nuestro nuevo arbolito.

2. Viendo crecer una piña
Otra planta tropical que podemos tener en casa es la piña. Se trata de un árbol que crece lentamente, con lo que no debemos ilusionarnos con tener en poco tiempo una palmera enorme en nuestro jardín. Sin embargo, con un poco de paciencia veremos que crece poco a poco, y con los años llegará a desarrollar una preciosa flor de color rojizo que desprende un perfume muy característico. ¡Incluso le pueden salir pequeñas piñas!

La técnica es la siguiente:

  • Cogemos una piña madura y le cortamos la corona verde de arriba, dejando además una rodaja de unos 2 o 3 cm.
  • Enterramos la parte carnosa en la maceta, dejando las hojas hacia fuera.
  • Dejamos la maceta en un lugar lo más cálido y soleado que podamos, y tendremos que regar en abundancia.
  • La planta puede tardar uno o dos meses en coger fuerza, pero una vez que lo haga empezará a crecer poco a poco.

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Fuente: Cocinillas.

3. Creando un mandala de hojas y flores
No todas las actividades relacionadas con plantas tienen que ser de este tipo. También podemos crear diseños muy bonitos recogiendo hojas, flores y otros elementos de la naturaleza como pequeñas rocas, piedras, ramas, semillas… Una forma original de combinarlos puede ser creando un mandala, que son representaciones geométricas que se usan algunas culturas orientales para representar mitología y símbolos espirituales. Lo que nos importa a nosotros es que son muy bonitos y llenos de colorido.

Hacer un mandala (o cualquier otro tipo de diseño) es una buena oportunidad de salir a pasear al parque o al campo e ir recogiendo todos aquellos elementos que nos gusten. Una vez en casa, o en el mismo lugar en el que los hayamos recogido, colocamos una sábana en el suelo y comenzamos a desplegar nuestra creatividad. Podemos sencillamente colocarlos encima o pegarlos con pegamento.

Otra opción puede ser secar las hojas y flores con anterioridad y de esa forma conseguir que nos duren mucho más tiempo.

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Fuente: Manualidades Infantiles.

4. Hacer una casa de hadas (o de muñecas)
Las hadas, los duendes, los gnomos… son personajes mitológicos que viven en nuestros jardines y flores y que estimulan la fantasía de nuestros hijos. Muchas culturas los aprecian como símbolos de la belleza de la naturaleza. Podemos crear unas casitas muy bonitas en las que hacer crecer la imaginación de los más pequeños y donde pueden jugar y divertirse con sus muñecos.

Se puede construir sencillamente con ramas, cuerdas y algunas hojas. Una vez decidido en qué lugar construirlo (debajo de alguna flor que nos guste, o entre las ramas de un árbol) solo tenemos que colocar los palos en pirámide y atarlos con la cuerda. Una vez hecho esto, los cubrimos con las hojas (que podemos pegar con pegamento) ¡y ya tenemos nuestra preciosa casita!

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Fuente: Manualidades Infantiles.

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Let’s Play: Actividades de jardinería para niños para aprender acerca de la naturaleza

Nos gusta decir que Helen Doron English es mucho más que una escuela en inglés. Nuestro objetivo, además de enseñar el idioma más importante de comunicación en este mundo global, es contribuir a la formación y educación de nuestros hijos. En todos nuestros cursos prestamos una especial atención al cuidado y respeto del medio ambiente, y en este artículo queremos mostraros una forma muy divertida de acercarnos a la naturaleza. Las actividades de jardinería para niños son la mejor forma de hacerlos sentir partícipes de la importancia del cuidado de las plantas, además de darnos la oportunidad de crear lugares preciosos que podremos contemplar durante mucho tiempo. Porque si algo tienen de especial las plantas es que nos acompañan toda la vida.

1. Plantar semillas de aguacate
Una de las actividades que todos hemos hecho alguna vez es plantar nuestras propias semillas y ver cómo van creciendo. Lo más habitual es hacerlo con una judía, lenteja o guisante fresco, puesto que las legumbres crecen con mucha facilidad en un simple bote con agua. Lo que os proponemos es hacer algo similar con pero con otro tipo de plantas.

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Fuente: Pequeocio.

Una de las semillas más grandes que nos da la naturaleza es la del aguacate. Se trata de una planta tropical que se ha adaptado a ciertos microclimas presentes en algunas regiones de Europa. Es bastante difícil que un aguacate plantado en nuestro jardín o terraza llegue a dar frutos, pero podemos conseguir un bonito árbol que, con atención y cuidado, crecerá a la vez que lo hacen nuestros hijos. El procedimiento debe ser el siguiente:

  • Lo primero que tenemos que hacer es coger la semilla, lavarla y dejarla secar un día entero.
  • Una vez transcurrido ese tiempo, la pelamos parcialmente y colocamos unos palitos hacia la mitad para que se sostenga cuando la coloquemos en un bote de cristal, que previamente habremos llenado con agua.
  • Colocamos la parte plana hacia abajo y la punta hacia arriba, de forma que una buena porción de la semilla quede sumergida en el agua. Debemos situar el bote en un lugar oscuro durante unos cuantos días.
  • Al cabo de ese tiempo veremos que habrá salido una raíz y un tallo. Un truco es cortar la mitad de este último cuando haya crecido unos 20 cm, y después volverlo a colocar en la oscuridad.
  • Cuando haya crecido de nuevo 2o cm es el momento de transplantarlo a la tierra, con mucho cuidado de no estropear la raíz.
  • Os dejamos además un enlace sobre cómo cuidar nuestro nuevo arbolito.

2. Viendo crecer una piña
Otra planta tropical que podemos tener en casa es la piña. Se trata de un árbol que crece lentamente, con lo que no debemos ilusionarnos con tener en poco tiempo una palmera enorme en nuestro jardín. Sin embargo, con un poco de paciencia veremos que crece poco a poco, y con los años llegará a desarrollar una preciosa flor de color rojizo que desprende un perfume muy característico. ¡Incluso le pueden salir pequeñas piñas!

La técnica es la siguiente:

  • Cogemos una piña madura y le cortamos la corona verde de arriba, dejando además una rodaja de unos 2 o 3 cm.
  • Enterramos la parte carnosa en la maceta, dejando las hojas hacia fuera.
  • Dejamos la maceta en un lugar lo más cálido y soleado que podamos, y tendremos que regar en abundancia.
  • La planta puede tardar uno o dos meses en coger fuerza, pero una vez que lo haga empezará a crecer poco a poco.

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Fuente: Cocinillas.

3. Creando un mandala de hojas y flores
No todas las actividades relacionadas con plantas tienen que ser de este tipo. También podemos crear diseños muy bonitos recogiendo hojas, flores y otros elementos de la naturaleza como pequeñas rocas, piedras, ramas, semillas… Una forma original de combinarlos puede ser creando un mandala, que son representaciones geométricas que se usan algunas culturas orientales para representar mitología y símbolos espirituales. Lo que nos importa a nosotros es que son muy bonitos y llenos de colorido.

Hacer un mandala (o cualquier otro tipo de diseño) es una buena oportunidad de salir a pasear al parque o al campo e ir recogiendo todos aquellos elementos que nos gusten. Una vez en casa, o en el mismo lugar en el que los hayamos recogido, colocamos una sábana en el suelo y comenzamos a desplegar nuestra creatividad. Podemos sencillamente colocarlos encima o pegarlos con pegamento.

Otra opción puede ser secar las hojas y flores con anterioridad y de esa forma conseguir que nos duren mucho más tiempo.

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Fuente: Manualidades Infantiles.

4. Hacer una casa de hadas (o de muñecas)
Las hadas, los duendes, los gnomos… son personajes mitológicos que viven en nuestros jardines y flores y que estimulan la fantasía de nuestros hijos. Muchas culturas los aprecian como símbolos de la belleza de la naturaleza. Podemos crear unas casitas muy bonitas en las que hacer crecer la imaginación de los más pequeños y donde pueden jugar y divertirse con sus muñecos.

Se puede construir sencillamente con ramas, cuerdas y algunas hojas. Una vez decidido en qué lugar construirlo (debajo de alguna flor que nos guste, o entre las ramas de un árbol) solo tenemos que colocar los palos en pirámide y atarlos con la cuerda. Una vez hecho esto, los cubrimos con las hojas (que podemos pegar con pegamento) ¡y ya tenemos nuestra preciosa casita!

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Fuente: Manualidades Infantiles.