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Mucho más que plastilina

plastilina-1Jugar con plastilina es una de las actividades favoritas de los más pequeños; a pesar de que a algunos padres no les gusta mucho (las plastilinas industriales pueden manchar las manos, quedarse pegadas a las suelas de los zapatos y al suelo de casa, etc) los niños siguen sintiendo predilección por este material que, sin rechistar, se deja aplastar, moldear, pinchar y estrujar. Sin embargo, más allá de su finalidad lúdica, la plastilina (o play dough, en inglés) tiene otros beneficios que influyen muy positivamente en el desarrollo del niño y que muchas veces pasamos por alto. ¿Sientes curiosidad? Bienvenidos al maravilloso mundo de la plastilina 😉

Para empezar, la plastilina ayuda a desarrollar y mejorar las habilidades motoras de nuestros hijos: cuando nuestro pequeño está manipulando y masajeando este material, pone en movimiento muchos de los pequeños músculos de las manos, las muñecas y los brazos, ejercitándolos. El hecho de que este objeto sea tan maleable permite que el niño pueda aplastarlo, manipularlo, estirarlo, palmearlo, estrujarlo, etc… gracias a ello, las propiedadess motoras de sus manos se van desarrollando, algo que le ayudará, por ejemplo, a la hora de empezar a coger los lápices, tijeras y demás materiales propios de la escuela primaria. Así mismo, la plastilina permite desarrollar la coordinación ojo-mano: el niño ve como una acción que lleva a cabo sobre la plastilina tiene una consecuencia, un efecto, y eso le ayuda a afianzar la coordinación de sus acciones.

Además, la plastilina ayuda a desarrollar la creatividad y la imaginación de los niños: gracias a ella, pueden hacer animalitos, bolitas, comida de “mentirijillas”, tiras, casitas y todo lo que se les pase por la mente. La capacidad imaginativa de los niños es inmensa y cuando tienen en sus manos un material que les permite crear cualquier cosa, las posibilidades son cuantiosas: “¿Qué voy a hacer? ¿qué forma va a tener? ¿qué colores llevará? ¿cómo le voy a llamar?”. Así, el niño inventa y el resultado es su trabajo, su creación. ¿Recordáis lo orgullosos que estabáis cuando conseguíais hacer un perro de plastilina? El pequeño se concentra en una actividad y su cerebro activa su creatividad.

Jugar con plastilina también puede tener un efecto calmante; al igual que los adultos, los niños experimentan emociones fuertes como la rabia, el enfado o la tristeza. Concentrarse en jugar con plastilina, en masajear el material con las manos, puede tener un efecto muy relajante en nuestros pequeños; incluso, si está muy enfadado, aplastar la masilla puede ser un buen recurso para dejar salir su ira o su ansiedad.

¿Verdad que la plastilina empieza a parecernos una gran aliada? Para terminar os dejo una receta de plastilina casera; aunque no lo parezca, hacer plastilina en casa no es nada dificil y el proceso puede ser también muy interesante para el niño. Podemos encontrar miles de recetas de plastilina en Internet pero yo me quedo con esta plastilina de lavanda, sacada de “The Imagination Tree”:

Ingredientes:

  • 2 tazas de harina
  • 1 taza de sal
  • 1 cucharada pequeña de aceite vegetal
  • 2 cucharadas pequeñas de levadura en polvo
  • 1 chorrito de colorante alimenticio líquido azul
  • 1 taza y media de agua hirviendo (empieza con una y, si lo estimas necesario, añade el resto)
  • Unas gotitas de glicerina (para darle más brillo y suavidad)
  • Flores de lavanda

¿Cómo?

Mezcla los ingredientes secos y luego mezclalos con el aceite. Añade el agua hirviendo y mezcla removiendo con energía hasta que no queden grumos. Amasa entonces hasta que deje de estar pegajoso. Añade el colorante líquido y los aromas (si eliges añadir alguno) en este momento y sigue amasando. Finalmente, añadimos las flores de lavanda.

¡A jugar!

Fuentes: The Imagination TreeInspees.com: “Top 3 benefits of playing with play dough for children”Glen Dhu Child Care: “The Benefits of Play Dough”..

Escrito por Ana Asuero.

Teacher en Helen Doron Montequinto.

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Mucho más que plastilina

plastilina-1Jugar con plastilina es una de las actividades favoritas de los más pequeños; a pesar de que a algunos padres no les gusta mucho (las plastilinas industriales pueden manchar las manos, quedarse pegadas a las suelas de los zapatos y al suelo de casa, etc) los niños siguen sintiendo predilección por este material que, sin rechistar, se deja aplastar, moldear, pinchar y estrujar. Sin embargo, más allá de su finalidad lúdica, la plastilina (o play dough, en inglés) tiene otros beneficios que influyen muy positivamente en el desarrollo del niño y que muchas veces pasamos por alto. ¿Sientes curiosidad? Bienvenidos al maravilloso mundo de la plastilina 😉

Para empezar, la plastilina ayuda a desarrollar y mejorar las habilidades motoras de nuestros hijos: cuando nuestro pequeño está manipulando y masajeando este material, pone en movimiento muchos de los pequeños músculos de las manos, las muñecas y los brazos, ejercitándolos. El hecho de que este objeto sea tan maleable permite que el niño pueda aplastarlo, manipularlo, estirarlo, palmearlo, estrujarlo, etc… gracias a ello, las propiedadess motoras de sus manos se van desarrollando, algo que le ayudará, por ejemplo, a la hora de empezar a coger los lápices, tijeras y demás materiales propios de la escuela primaria. Así mismo, la plastilina permite desarrollar la coordinación ojo-mano: el niño ve como una acción que lleva a cabo sobre la plastilina tiene una consecuencia, un efecto, y eso le ayuda a afianzar la coordinación de sus acciones.

Además, la plastilina ayuda a desarrollar la creatividad y la imaginación de los niños: gracias a ella, pueden hacer animalitos, bolitas, comida de “mentirijillas”, tiras, casitas y todo lo que se les pase por la mente. La capacidad imaginativa de los niños es inmensa y cuando tienen en sus manos un material que les permite crear cualquier cosa, las posibilidades son cuantiosas: “¿Qué voy a hacer? ¿qué forma va a tener? ¿qué colores llevará? ¿cómo le voy a llamar?”. Así, el niño inventa y el resultado es su trabajo, su creación. ¿Recordáis lo orgullosos que estabáis cuando conseguíais hacer un perro de plastilina? El pequeño se concentra en una actividad y su cerebro activa su creatividad.

Jugar con plastilina también puede tener un efecto calmante; al igual que los adultos, los niños experimentan emociones fuertes como la rabia, el enfado o la tristeza. Concentrarse en jugar con plastilina, en masajear el material con las manos, puede tener un efecto muy relajante en nuestros pequeños; incluso, si está muy enfadado, aplastar la masilla puede ser un buen recurso para dejar salir su ira o su ansiedad.

¿Verdad que la plastilina empieza a parecernos una gran aliada? Para terminar os dejo una receta de plastilina casera; aunque no lo parezca, hacer plastilina en casa no es nada dificil y el proceso puede ser también muy interesante para el niño. Podemos encontrar miles de recetas de plastilina en Internet pero yo me quedo con esta plastilina de lavanda, sacada de “The Imagination Tree”:

Ingredientes:

  • 2 tazas de harina
  • 1 taza de sal
  • 1 cucharada pequeña de aceite vegetal
  • 2 cucharadas pequeñas de levadura en polvo
  • 1 chorrito de colorante alimenticio líquido azul
  • 1 taza y media de agua hirviendo (empieza con una y, si lo estimas necesario, añade el resto)
  • Unas gotitas de glicerina (para darle más brillo y suavidad)
  • Flores de lavanda

¿Cómo?

Mezcla los ingredientes secos y luego mezclalos con el aceite. Añade el agua hirviendo y mezcla removiendo con energía hasta que no queden grumos. Amasa entonces hasta que deje de estar pegajoso. Añade el colorante líquido y los aromas (si eliges añadir alguno) en este momento y sigue amasando. Finalmente, añadimos las flores de lavanda.

¡A jugar!

Fuentes: The Imagination TreeInspees.com: “Top 3 benefits of playing with play dough for children”Glen Dhu Child Care: “The Benefits of Play Dough”..

Escrito por Ana Asuero.

Teacher en Helen Doron Montequinto.