2621 Views

10 consejos para viajar con niños y bebés durante el verano

Sabemos de sobra que tener hijos es una experiencia que cambia la vida. Nos encanta disfrutar con ellos, pero al mismo tiempo nos gustaría seguir realizando algunas de las actividades que hacíamos antes de que nacieran. Una de ellas puede ser viajar. Está claro que viajar con niños y bebés no es igual que cuando lo hacíamos solos, en pareja o con los amigos. Sin embargo, sabiendo adaptarnos a sus necesidades, podemos conseguir una experiencia inolvidable para toda la familia.

1. Planifica el viaje
Hay viajeros fanáticos de la planificación, y también los hay que prefieren dejarlo todo a lo que les venga en el momento. Nuestra experiencia nos dice que, para viajar con niños y bebés, es una muy buena idea planificar la ruta, los puntos esenciales que queremos visitar y algunas actividades, pero siempre dejando un margen a la flexibilidad. Sabemos que a los niños les puede costar mucho trabajo dejar ese parque o esa playa en la que se lo están pasando genial, así que… ¡por qué no dejarles disfrutar!

2. Equipaje ligero
Viajar con poco equipaje hace que los desplazamientos sean más cómodos. Muchas veces metemos cosas en la maleta que no usamos después, y que vuelven a casa igual en el mismo lugar en el que los colocamos. Hay muchas cosas que podemos ir comprando en nuestro destino, como pañales o comida. Además, a todos nos gusta traernos un bonito recuerdo de donde hemos estado, por lo que no es mala idea dejar algún bañador, flotador o juguete para comprarlo por ahí.

3. Actividades para niños
A los niños también les gusta hacer turismo, ver cosas nuevas e incluso visitar museos, pero una agenda llena de edificios, cuadros o parajes bonitos puede resultarles aburrida. Por este motivo es una buena idea incluir cada día un par de ratos en el parque, una visita a la biblioteca pública, unas horas de piscina en el hotel o en la playa, además de actividades pensadas para ellos como visitar un zoo. Por otro lado, hay cada vez más museos dedicados a niños que pueden encantar también a los mayores.

4. Juegos
Retraso de vuelos, esperas en la estación aeropuerto, viajes en coche, lluvias inesperadas… existen un sinfín de momentos que pueden requerir de un par de juegos para entretenerles (y entretenernos). Depende de la edad, unos lápices de colores y un cuaderno, un puzzle o unas cartas pueden ser un gran aliado en ciertas horas muertas.

5. Alojamiento
Hotel o apartamento: el ser o no ser de los viajes. Está claro que un hotel significa menos trabajo, peor un apartamento es más parecido a un hogar. Para viajes largos o con niños más pequeños los apartamentos se adaptan mejor a lo que ellos necesitan, pudiendo cocinar más económico y asegurarte de que los niños coman lo que están acostumbrados en el caso de que no les guste la comida local. Para estancias más cortas, puede merecer mucho la pena no tener que limpiar o hacer la compra. La opción de dormir en una tienda de campaña es sin duda la más económica, ¡y normalmente a los niños les encanta dormir bajo un cielo lleno de estrellas!

6. Transporte
Viajar dentro de una ciudad que no conocemos en transporte público, o en trayectos cortos entre dos pueblos, es la mejor solución: nos invita disfrutar del camino y nos evita confusiones durante el recorrido. Solo hay que tener en cuenta ser flexible y estar preparados y abiertos a la posibilidad de un taxi si están muy cansados, se hace de noche y hace demasiado frío, se ponen malos… Evitar un disgusto para ellos merece la pena.

7. Carrito o portabebés
Depende del destino, puede que el carrito sea incomodo de manejar. En esos casos un portabebés es de gran ayuda. En general ambas cosas son útiles, aunque en general desaconsejamos llevar ambos, en especial para viajes cortos, ya que complican la gestión del equipaje. En cualquier caso, en la medida de los posible aconsejamos hacer lo que hagáis habitualmente.

8. Explica, comparte, motiva
Incluso a los más pequeños les gusta que les expliquen con antelación lo que van a hacer, a donde van a ir, qué cosas podrán hacer. Es bueno hacerlo antes del viaje para que estén preparados, pero también cada día dedicar un momento antes de dormir o en el desayuno a hablar sobre la jornada que les espera. Así estarán mucho más motivados y llevarán mejor los trayectos y las esperas, y sobre todo comenzarán a disfrutar incluso antes de llegar.

9. Slow, slow, slow!
No tener prisas es el mejor regalo que puedes hacerle a tus hijos, en cualquier ámbito de la vida y en especial en un viaje. Piensa que ellos también tienen todo el derecho del mundo a decidir qué hacer y cuándo, por lo que calcula que podrás ver entre un tercio y la mitad de las cosas que veías cuando viajabas sin ellos.

10. Por último… ¡diviertete!
Aunque a veces no nos lo parezca, todos llevamos un niños dentro de nosotros. El mejor regalo que podemos hacer a nuestra familia es tomarnos las vacaciones como un momento de diversión para todos. ¡Relájate, disfruta del momento y sé feliz!

Imagen: momondo.com

2622 Views

10 consejos para viajar con niños y bebés durante el verano

Sabemos de sobra que tener hijos es una experiencia que cambia la vida. Nos encanta disfrutar con ellos, pero al mismo tiempo nos gustaría seguir realizando algunas de las actividades que hacíamos antes de que nacieran. Una de ellas puede ser viajar. Está claro que viajar con niños y bebés no es igual que cuando lo hacíamos solos, en pareja o con los amigos. Sin embargo, sabiendo adaptarnos a sus necesidades, podemos conseguir una experiencia inolvidable para toda la familia.

1. Planifica el viaje
Hay viajeros fanáticos de la planificación, y también los hay que prefieren dejarlo todo a lo que les venga en el momento. Nuestra experiencia nos dice que, para viajar con niños y bebés, es una muy buena idea planificar la ruta, los puntos esenciales que queremos visitar y algunas actividades, pero siempre dejando un margen a la flexibilidad. Sabemos que a los niños les puede costar mucho trabajo dejar ese parque o esa playa en la que se lo están pasando genial, así que… ¡por qué no dejarles disfrutar!

2. Equipaje ligero
Viajar con poco equipaje hace que los desplazamientos sean más cómodos. Muchas veces metemos cosas en la maleta que no usamos después, y que vuelven a casa igual en el mismo lugar en el que los colocamos. Hay muchas cosas que podemos ir comprando en nuestro destino, como pañales o comida. Además, a todos nos gusta traernos un bonito recuerdo de donde hemos estado, por lo que no es mala idea dejar algún bañador, flotador o juguete para comprarlo por ahí.

3. Actividades para niños
A los niños también les gusta hacer turismo, ver cosas nuevas e incluso visitar museos, pero una agenda llena de edificios, cuadros o parajes bonitos puede resultarles aburrida. Por este motivo es una buena idea incluir cada día un par de ratos en el parque, una visita a la biblioteca pública, unas horas de piscina en el hotel o en la playa, además de actividades pensadas para ellos como visitar un zoo. Por otro lado, hay cada vez más museos dedicados a niños que pueden encantar también a los mayores.

4. Juegos
Retraso de vuelos, esperas en la estación aeropuerto, viajes en coche, lluvias inesperadas… existen un sinfín de momentos que pueden requerir de un par de juegos para entretenerles (y entretenernos). Depende de la edad, unos lápices de colores y un cuaderno, un puzzle o unas cartas pueden ser un gran aliado en ciertas horas muertas.

5. Alojamiento
Hotel o apartamento: el ser o no ser de los viajes. Está claro que un hotel significa menos trabajo, peor un apartamento es más parecido a un hogar. Para viajes largos o con niños más pequeños los apartamentos se adaptan mejor a lo que ellos necesitan, pudiendo cocinar más económico y asegurarte de que los niños coman lo que están acostumbrados en el caso de que no les guste la comida local. Para estancias más cortas, puede merecer mucho la pena no tener que limpiar o hacer la compra. La opción de dormir en una tienda de campaña es sin duda la más económica, ¡y normalmente a los niños les encanta dormir bajo un cielo lleno de estrellas!

6. Transporte
Viajar dentro de una ciudad que no conocemos en transporte público, o en trayectos cortos entre dos pueblos, es la mejor solución: nos invita disfrutar del camino y nos evita confusiones durante el recorrido. Solo hay que tener en cuenta ser flexible y estar preparados y abiertos a la posibilidad de un taxi si están muy cansados, se hace de noche y hace demasiado frío, se ponen malos… Evitar un disgusto para ellos merece la pena.

7. Carrito o portabebés
Depende del destino, puede que el carrito sea incomodo de manejar. En esos casos un portabebés es de gran ayuda. En general ambas cosas son útiles, aunque en general desaconsejamos llevar ambos, en especial para viajes cortos, ya que complican la gestión del equipaje. En cualquier caso, en la medida de los posible aconsejamos hacer lo que hagáis habitualmente.

8. Explica, comparte, motiva
Incluso a los más pequeños les gusta que les expliquen con antelación lo que van a hacer, a donde van a ir, qué cosas podrán hacer. Es bueno hacerlo antes del viaje para que estén preparados, pero también cada día dedicar un momento antes de dormir o en el desayuno a hablar sobre la jornada que les espera. Así estarán mucho más motivados y llevarán mejor los trayectos y las esperas, y sobre todo comenzarán a disfrutar incluso antes de llegar.

9. Slow, slow, slow!
No tener prisas es el mejor regalo que puedes hacerle a tus hijos, en cualquier ámbito de la vida y en especial en un viaje. Piensa que ellos también tienen todo el derecho del mundo a decidir qué hacer y cuándo, por lo que calcula que podrás ver entre un tercio y la mitad de las cosas que veías cuando viajabas sin ellos.

10. Por último… ¡diviertete!
Aunque a veces no nos lo parezca, todos llevamos un niños dentro de nosotros. El mejor regalo que podemos hacer a nuestra familia es tomarnos las vacaciones como un momento de diversión para todos. ¡Relájate, disfruta del momento y sé feliz!

Imagen: momondo.com