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Proyecto Pen Pals

pen-pals-1pen-pals-2Un idioma que no se ejercita no crece. Y un idioma que no crece y no se utiliza es como una planta que deja de regarse.

En nuestros centros nos esforzamos mucho para que los alumnos tengan un buen nivel y aprendan de la forma más eficiente y agradable a la vez, pero somos conscientes de que un idioma no se aprende sólo yendo a clase una vez por semana. Por eso siempre estamos planteando actividades complementarias que nos permitan tener una visión y un uso amplio del idioma: preparamos actividades de Easter o Halloween que nos ayudan a ampliar vocabulario y a aprender otras costumbres, hacemos cuentacuentos en inglés para que disfruten de historias diferentes a las de las lecciones programadas, ofrecemos conferencias sobre arte y literatura adaptados a la edad de nuestros niños y adolescentes… la idea es que aprendan algo más que fórmulas preestablecidas y puedan ampliar su experiencia personal y su conocimiento del idioma.

Pero… ¿cómo sabe un niño o niña de 9 años que su inglés es útil? ¿Para qué le sirve si no puede intercambiar, compartir, explicar? Nosotros tenemos sus exámenes, sus notas, el control de su teacher, pero eso son herramientas de medición útiles para los adultos, no para los niños. Y como los niños son niños en todas partes, en otros países también daban vueltas a cómo demostrar a sus niños que su esfuerzo para aprender inglés sirve para algo desde el principio.

pen-pals-3En el centro de Sagrada Familia de Barcelona tuvimos la oportunidad de contactar con el centro Helen Doron de Malbork, en Polonia. Sus alumnos y los nuestros buscaban Pen Pals (amigos por correspondencia) y nos pusimos manos a la obra.

Los niños polacos iniciaron la comunicación y nos enviaron unas cartas muy alegres, escritas por ellos y sin corregir por sus profesores (lo cual siempre es un riesgo porque nunca sabes si te van a entender) explicando quiénes son, dónde viven y cuáles son sus aficiones; los niños de aquí estaban emocionados al ver que entendían lo que sus nuevos amigos explicaban y que, además, podían comunicarse con ellos fácilmente al tener el mismo nivel de inglés.

 

Tardamos un poco en contestar porque había tramos de edad muy diferentes y porque es una actividad voluntaria, pero al fin nuestras cartas llegaron a Malbork. Es muy emocionante ver las fotos de los niños con las cartas recibidas y ver con qué ilusión esperan respuesta.

pen-pals-4No hay ni qué decir que los profesores están muy contentos al ver que “sus niños” utilizan el inglés fuera del aula con seguridad, con algunos errores, claro está, pero sin miedo a no ser entendidos o a hacer el ridículo.

A nivel práctico los niños se enfrentan además a una nueva experiencia vital: ¿cómo se escribe una carta de verdad?

En el colegio, incluso en nuestras aulas, se escriben cartas que nunca llegan a nadie (bueno, sí, a los profesores), como mucho se escriben las cartas a los Reyes Magos o a Papá Noel y la mayoría vienen diseñadas por alguna marca comercial; las nuevas generaciones de estudiantes utilizan el móvil y plataformas de internet para comunicarse, pero nunca han enviado una carta física a nadie. Preguntas del tipo: “¿debo meter también su carta en el sobre?” o “¿tengo que contestar en el mismo papel?” (como si fuera un chat) “¿pongo su nombre fuera?” “¿cómo va a saber que la carta es mía?” “¿tendré respuesta esta semana?” nos dan la dimensión de su realidad cotidiana y de lo raro que es para ellos no tenerlo todo en el acto.

Para resumir, esta historia tiene todos los ingredientes para ser recomendada a todos los centros que deseen su propia aventura: práctica del inglés en situaciones reales, intercambio de experiencias con niños de otros lugares, didáctica de las “ancestrales prácticas analógicas” de comunicación, refuerzo de los contenidos aprendidos al practicar fuera del aula y creación de un vínculo gracias a que el inglés, para nosotros, es algo que hay que vivir y compartir.pen-pals-5

Sabemos que los niños polacos, que están tan emocionados como los de Barcelona, fantasean con la posibilidad de pasar unos días todos juntos, pero esa será (esperamos) otra historia.

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pen-pals-1pen-pals-2Un idioma que no se ejercita no crece. Y un idioma que no crece y no se utiliza es como una planta que deja de regarse.

En nuestros centros nos esforzamos mucho para que los alumnos tengan un buen nivel y aprendan de la forma más eficiente y agradable a la vez, pero somos conscientes de que un idioma no se aprende sólo yendo a clase una vez por semana. Por eso siempre estamos planteando actividades complementarias que nos permitan tener una visión y un uso amplio del idioma: preparamos actividades de Easter o Halloween que nos ayudan a ampliar vocabulario y a aprender otras costumbres, hacemos cuentacuentos en inglés para que disfruten de historias diferentes a las de las lecciones programadas, ofrecemos conferencias sobre arte y literatura adaptados a la edad de nuestros niños y adolescentes… la idea es que aprendan algo más que fórmulas preestablecidas y puedan ampliar su experiencia personal y su conocimiento del idioma.

Pero… ¿cómo sabe un niño o niña de 9 años que su inglés es útil? ¿Para qué le sirve si no puede intercambiar, compartir, explicar? Nosotros tenemos sus exámenes, sus notas, el control de su teacher, pero eso son herramientas de medición útiles para los adultos, no para los niños. Y como los niños son niños en todas partes, en otros países también daban vueltas a cómo demostrar a sus niños que su esfuerzo para aprender inglés sirve para algo desde el principio.

pen-pals-3En el centro de Sagrada Familia de Barcelona tuvimos la oportunidad de contactar con el centro Helen Doron de Malbork, en Polonia. Sus alumnos y los nuestros buscaban Pen Pals (amigos por correspondencia) y nos pusimos manos a la obra.

Los niños polacos iniciaron la comunicación y nos enviaron unas cartas muy alegres, escritas por ellos y sin corregir por sus profesores (lo cual siempre es un riesgo porque nunca sabes si te van a entender) explicando quiénes son, dónde viven y cuáles son sus aficiones; los niños de aquí estaban emocionados al ver que entendían lo que sus nuevos amigos explicaban y que, además, podían comunicarse con ellos fácilmente al tener el mismo nivel de inglés.

 

Tardamos un poco en contestar porque había tramos de edad muy diferentes y porque es una actividad voluntaria, pero al fin nuestras cartas llegaron a Malbork. Es muy emocionante ver las fotos de los niños con las cartas recibidas y ver con qué ilusión esperan respuesta.

pen-pals-4No hay ni qué decir que los profesores están muy contentos al ver que “sus niños” utilizan el inglés fuera del aula con seguridad, con algunos errores, claro está, pero sin miedo a no ser entendidos o a hacer el ridículo.

A nivel práctico los niños se enfrentan además a una nueva experiencia vital: ¿cómo se escribe una carta de verdad?

En el colegio, incluso en nuestras aulas, se escriben cartas que nunca llegan a nadie (bueno, sí, a los profesores), como mucho se escriben las cartas a los Reyes Magos o a Papá Noel y la mayoría vienen diseñadas por alguna marca comercial; las nuevas generaciones de estudiantes utilizan el móvil y plataformas de internet para comunicarse, pero nunca han enviado una carta física a nadie. Preguntas del tipo: “¿debo meter también su carta en el sobre?” o “¿tengo que contestar en el mismo papel?” (como si fuera un chat) “¿pongo su nombre fuera?” “¿cómo va a saber que la carta es mía?” “¿tendré respuesta esta semana?” nos dan la dimensión de su realidad cotidiana y de lo raro que es para ellos no tenerlo todo en el acto.

Para resumir, esta historia tiene todos los ingredientes para ser recomendada a todos los centros que deseen su propia aventura: práctica del inglés en situaciones reales, intercambio de experiencias con niños de otros lugares, didáctica de las “ancestrales prácticas analógicas” de comunicación, refuerzo de los contenidos aprendidos al practicar fuera del aula y creación de un vínculo gracias a que el inglés, para nosotros, es algo que hay que vivir y compartir.pen-pals-5

Sabemos que los niños polacos, que están tan emocionados como los de Barcelona, fantasean con la posibilidad de pasar unos días todos juntos, pero esa será (esperamos) otra historia.

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