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Juegos cooperativos, otra manera de jugar

Al hablar de jugar, de inmediato pensaremos en diversión, aunque también en ganar o perder. Nuestro aprendizaje a través del juego comienza en la etapa infantil y las competencias que adquirimos nos acompañaran en la práctica de nuestra vida cotidiana.

Cuando jugamos, seguimos una serie de reglas y estrategias delimitadas en pos de la consecución de un determinado objetivo. El juego es un recurso muy útil para los educadores que nos ayuda a captar la atención en las clases. Frecuentemente se atiende a un patrón competitivo donde algunos participantes o equipos se proclamarán ganadores o perdedores.

Al proponer al alumnado que vamos a jugar, observamos cómo en el momento anterior al inicio juego, actúan como si fueran a librar una batalla y suelen a recurrir a expresiones como “¡os vamos a ganar!”. Durante el juego, apreciamos la motivación para responder correctamente y así conseguir los suficientes puntos para ganar una partida. Pero la realidad, es que una de las principales razones para jugar, suele ser la obtención de un premio o simplemente ser el ganador o ganadora, sin apreciar el proceso en sí del juego y asimilar el contenido de lo que estamos aprendiendo.

Pocas veces nos paramos a reflexionar que es posible jugar sin que alguien tenga que ganar y el resto tenga que perder. Esto puede ocurrir, ya que existen diferentes metodologías aplicables en el juego, y a través de una metodología cooperativa, o ganamos o perdemos juntos.

La organización de Educación para el desarrollo InteRed promueve los juegos cooperativos en su libro “Jugar y Actuar. Nuestras armas para la paz”. Destaca que estos “liberan del miedo al fracaso y el error, que es uno de los mayores limitadores de la participación de las personas en su entorno”. Estudios revelan que a cuanta mayor percepción de competitividad, mayor sensación de miedo al fracaso por tanto menor participación y menor creatividad.

Otro aspecto que se trabajará, al jugar de manera cooperativa será la creación de vínculos. “Ganar y perder juntos favorece la creación de vínculos afectivos positivos entre las personas que juegan”, se va tejiendo la confianza necesaria y las personas serán capaces de “proponer iniciativas con mayor libertad, para ser más libres a la hora de exponer nuestras ideas, participar y crear”. A diferencia de los juegos competitivos donde nos centramos en el resultado, en los juegos cooperativos nos centramos en el proceso, en la propia participación. No se trata de destruir al adversario y excluirlo, sino en construir y evitamos el miedo a fracasar o ser objeto de burla.

Juegos cooperativos

Fuente: Fernando Mármol Hueso. Conjunt@s.

En nuestra metodología Helen Doron, el juego cooperativo es considerado como una herramienta fundamental en el aprendizaje del idioma de una manera positiva. Se pueden crear versiones tanto competitivas como cooperativas, según la estrategia que definamos.

Como ejemplo de juego cooperativo para jugar en familia:

“Salvad el tesoro de los cuentos” ( a partir de 7 años ):

Salvad el tesoro de los cuentos - Juego cooperativo

Fuente: otrojuegoesposible.org

¿Qué queremos lograr?:
– Desarrollar habilidades comunicativas: La escucha y la atención.
– Fomentar la memoria colectiva.
– Conocer nuevos cuentos y desarrollar la imaginación.
– Buscar estrategias grupales.

Fin del juego:

Ganamos todas y todos juntos si conseguimos encontrar los doce mitades de los cuentos y llegar a la puerta del jardín antes de que el rey o reina dé su paseo y llegue a la casilla con la corona.

Para aprender un poco más sobre las versiones de juegos cooperativos, podéis consultar el catálogo de la tienda online de Kometa.

«La idea que hay tras los juegos cooperativos es sencilla: jugar con otros mejor que frente a otros; superar desafíos, no superar a otros” (Terry Orlick).

Escrito por Sandra, Teacher de Helen Doron.

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Juegos cooperativos, otra manera de jugar

Al hablar de jugar, de inmediato pensaremos en diversión, aunque también en ganar o perder. Nuestro aprendizaje a través del juego comienza en la etapa infantil y las competencias que adquirimos nos acompañaran en la práctica de nuestra vida cotidiana.

Cuando jugamos, seguimos una serie de reglas y estrategias delimitadas en pos de la consecución de un determinado objetivo. El juego es un recurso muy útil para los educadores que nos ayuda a captar la atención en las clases. Frecuentemente se atiende a un patrón competitivo donde algunos participantes o equipos se proclamarán ganadores o perdedores.

Al proponer al alumnado que vamos a jugar, observamos cómo en el momento anterior al inicio juego, actúan como si fueran a librar una batalla y suelen a recurrir a expresiones como “¡os vamos a ganar!”. Durante el juego, apreciamos la motivación para responder correctamente y así conseguir los suficientes puntos para ganar una partida. Pero la realidad, es que una de las principales razones para jugar, suele ser la obtención de un premio o simplemente ser el ganador o ganadora, sin apreciar el proceso en sí del juego y asimilar el contenido de lo que estamos aprendiendo.

Pocas veces nos paramos a reflexionar que es posible jugar sin que alguien tenga que ganar y el resto tenga que perder. Esto puede ocurrir, ya que existen diferentes metodologías aplicables en el juego, y a través de una metodología cooperativa, o ganamos o perdemos juntos.

La organización de Educación para el desarrollo InteRed promueve los juegos cooperativos en su libro “Jugar y Actuar. Nuestras armas para la paz”. Destaca que estos “liberan del miedo al fracaso y el error, que es uno de los mayores limitadores de la participación de las personas en su entorno”. Estudios revelan que a cuanta mayor percepción de competitividad, mayor sensación de miedo al fracaso por tanto menor participación y menor creatividad.

Otro aspecto que se trabajará, al jugar de manera cooperativa será la creación de vínculos. “Ganar y perder juntos favorece la creación de vínculos afectivos positivos entre las personas que juegan”, se va tejiendo la confianza necesaria y las personas serán capaces de “proponer iniciativas con mayor libertad, para ser más libres a la hora de exponer nuestras ideas, participar y crear”. A diferencia de los juegos competitivos donde nos centramos en el resultado, en los juegos cooperativos nos centramos en el proceso, en la propia participación. No se trata de destruir al adversario y excluirlo, sino en construir y evitamos el miedo a fracasar o ser objeto de burla.

Juegos cooperativos

Fuente: Fernando Mármol Hueso. Conjunt@s.

En nuestra metodología Helen Doron, el juego cooperativo es considerado como una herramienta fundamental en el aprendizaje del idioma de una manera positiva. Se pueden crear versiones tanto competitivas como cooperativas, según la estrategia que definamos.

Como ejemplo de juego cooperativo para jugar en familia:

“Salvad el tesoro de los cuentos” ( a partir de 7 años ):

Salvad el tesoro de los cuentos - Juego cooperativo

Fuente: otrojuegoesposible.org

¿Qué queremos lograr?:
– Desarrollar habilidades comunicativas: La escucha y la atención.
– Fomentar la memoria colectiva.
– Conocer nuevos cuentos y desarrollar la imaginación.
– Buscar estrategias grupales.

Fin del juego:

Ganamos todas y todos juntos si conseguimos encontrar los doce mitades de los cuentos y llegar a la puerta del jardín antes de que el rey o reina dé su paseo y llegue a la casilla con la corona.

Para aprender un poco más sobre las versiones de juegos cooperativos, podéis consultar el catálogo de la tienda online de Kometa.

«La idea que hay tras los juegos cooperativos es sencilla: jugar con otros mejor que frente a otros; superar desafíos, no superar a otros” (Terry Orlick).

Escrito por Sandra, Teacher de Helen Doron.