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3 sencillas recetas de nieve casera para hacer como actividad sensorial para bebés

A todos nos gustan las imágenes invernales de paisajes nevados, niños jugando a hacer muñecos de nieve, peleas de bolas entre amigos y bebés sencillamente tocando y experimentando esa extraña textura. Sin embargo, no todos tenemos la oportunidad de disfrutar de las calles nevadas nada más salir de casa. Para algunos, el invierno puede ser una época muy dura, de frío, viento y lluvia, en la que pasar un rato al aire libre puede ser una experiencia desagradable o difícil. Otros, en cambio, pueden no tener la oportunidad de pasarlo así de bien (o de vivir esas incomodidades) sencillamente porque en su ciudad o país no nieva con asiduidad.

En esta ocasión nos hemos propuesto traer la nieve a casa, para que los niños, especialmente los bebés, jueguen y pasen un rato divertido con ella. Lógicamente, ninguna de estas tres «recetas» consiguen crear nieve auténtica, aunque el resultado es bastante similar, al menos en lo que se refiere al color y la textura.

1. Copos de puré de patata

Tan sencillo como abrir un paquete de puré de patatas. Así de fácil es esta primera forma de traer la nieve al interior del salón o de la habitación de juegos. En efecto, los copos de patata secos tienen un color bastante parecido al de la nieve, aunque la textura no es tan similar. En cualquier caso, a tu hijo seguro que no le importan las diferencias que pueda encontrar: se lo pasará en grande jugando con ella. Con la ventaja, además, de que es comestible.

Fuente: thetraindriverswife.com

2. Harina de maíz y aceite para bebés

Si mezclamos 500 gramos de harina de maíz blanca y 250 ml de aceite para bebés, obtenemos un preparado suave y esponjoso, que además no es nada pegajoso. Al contrario, se deshace como si fueran migas de pan cuando se coge con las manos. Esta mezcla sí consigue imitar bastante bien las características de la nieve auténtica (menos el frío). Añadiendo un poco de purpurina plateada, conseguimos además ese efecto brillante. El único problema es que no es comestible. Una variante puede resultar de sustituir el aceite para bebés por oliva o girasol, aunque en este caso la textura es un poco distinta.

Fuente: danyabanya.com

3. Un poco más complicado…

Para expertos niños más grandes (o para papis y mamis que tengan ganas de complicarse un poquito más), esta receta da como resultado unas propiedades aún más cercanas a la nieve real que la anterior. Se trata de usar poliacrilato de sodio, un producto industrial súper absorbente con apariencia de sal fina. El proceso es el siguiente:

  • Mezclamos 10 ml del producto con otros 15 ml de agua, moviendo con una cuchara. Veremos cómo la sal de sodio se hincha y se hace mucho más grande.
  • Seguidamente, añadimos otros 25 ml de agua, esta vez sin mezclar con la cuchara.
  • Repetimos el paso anterior, volviendo a mezclar para asegurarnos que el poliacrilato absorbe muy bien todo el líquido.
  • ¡Y ya tenemos nuestra nieve artificial!

Fuente: intheplayroom.co.uk

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3 sencillas recetas de nieve casera para hacer como actividad sensorial para bebés

A todos nos gustan las imágenes invernales de paisajes nevados, niños jugando a hacer muñecos de nieve, peleas de bolas entre amigos y bebés sencillamente tocando y experimentando esa extraña textura. Sin embargo, no todos tenemos la oportunidad de disfrutar de las calles nevadas nada más salir de casa. Para algunos, el invierno puede ser una época muy dura, de frío, viento y lluvia, en la que pasar un rato al aire libre puede ser una experiencia desagradable o difícil. Otros, en cambio, pueden no tener la oportunidad de pasarlo así de bien (o de vivir esas incomodidades) sencillamente porque en su ciudad o país no nieva con asiduidad.

En esta ocasión nos hemos propuesto traer la nieve a casa, para que los niños, especialmente los bebés, jueguen y pasen un rato divertido con ella. Lógicamente, ninguna de estas tres «recetas» consiguen crear nieve auténtica, aunque el resultado es bastante similar, al menos en lo que se refiere al color y la textura.

1. Copos de puré de patata

Tan sencillo como abrir un paquete de puré de patatas. Así de fácil es esta primera forma de traer la nieve al interior del salón o de la habitación de juegos. En efecto, los copos de patata secos tienen un color bastante parecido al de la nieve, aunque la textura no es tan similar. En cualquier caso, a tu hijo seguro que no le importan las diferencias que pueda encontrar: se lo pasará en grande jugando con ella. Con la ventaja, además, de que es comestible.

Fuente: thetraindriverswife.com

2. Harina de maíz y aceite para bebés

Si mezclamos 500 gramos de harina de maíz blanca y 250 ml de aceite para bebés, obtenemos un preparado suave y esponjoso, que además no es nada pegajoso. Al contrario, se deshace como si fueran migas de pan cuando se coge con las manos. Esta mezcla sí consigue imitar bastante bien las características de la nieve auténtica (menos el frío). Añadiendo un poco de purpurina plateada, conseguimos además ese efecto brillante. El único problema es que no es comestible. Una variante puede resultar de sustituir el aceite para bebés por oliva o girasol, aunque en este caso la textura es un poco distinta.

Fuente: danyabanya.com

3. Un poco más complicado…

Para expertos niños más grandes (o para papis y mamis que tengan ganas de complicarse un poquito más), esta receta da como resultado unas propiedades aún más cercanas a la nieve real que la anterior. Se trata de usar poliacrilato de sodio, un producto industrial súper absorbente con apariencia de sal fina. El proceso es el siguiente:

  • Mezclamos 10 ml del producto con otros 15 ml de agua, moviendo con una cuchara. Veremos cómo la sal de sodio se hincha y se hace mucho más grande.
  • Seguidamente, añadimos otros 25 ml de agua, esta vez sin mezclar con la cuchara.
  • Repetimos el paso anterior, volviendo a mezclar para asegurarnos que el poliacrilato absorbe muy bien todo el líquido.
  • ¡Y ya tenemos nuestra nieve artificial!

Fuente: intheplayroom.co.uk